Un fantasma
recorre con la fuerza de una sudestada las suaves llanuras onduladas del
Uruguay ingresando desde el mar como una tromba marina; pesadilla recurrente en
las alcobas de las clases altas uruguayas, la angustia se convierte en lágrimas
que se evaporan al chocar contra la losa radiante de los pisos, y se enjuagan
con pañuelos de fina seda.
Una vez más el
movimiento sindical uruguayo toma la iniciativa de poner en la agenda del país
debate sobre las cosas que importan.
El gobierno se
adelantó a la protesta de los ricos: se prometió en campaña electoral no crear
nuevos impuestos por lo que éste 1% propuesto a las ganancias de los ricos ni
se va a considerar, una valoración que suena a urgencia de consolar los ánimos.
El gobierno tuvo que esperar a marzo para reconocer
que había heredado una crisis económica mayor de la esperada (análisis que se
podría haber realizado en febrero durante la transición) y si bien era consciente
del drama de la extrema pobreza infantil, parece no estar dispuesto a “mover
demasiado las perillas” de la economía uruguaya, a pesar de que en 2025, se
reporta una tasa de mortalidad infantil preocupante en un Rivera, con 12
muertes de bebés menores de un año, elevando la tasa a 10.3 por cada 1,000
nacidos vivos, superando el promedio nacional de 6.5%.
Hay un informe
preliminar de 2023 que muestra un aumento en la tasa de mortalidad infantil a
7.3 por cada 1,000 nacidos vivos, en comparación con el año anterior. En el
contexto general, Uruguay ha logrado reducir la mortalidad infantil a lo largo
de los años, alcanzando un mínimo histórico en 2017 con 6.6 por cada 1,000
nacidos vivos.
En Uruguay en el
2024 las 17.675 personas con una riqueza neta superior a US$ 1 millón
contabilizadas el año pasado son un 2,2% más que las del 2023 (17.312) y ubican
al país en la posición 49 del ranking en cantidad de millonarios. Uruguay sumó 363
nuevos millonarios en 2024.
Un pedazo del botín
El PIT-CNT se reunió
el 23 de junio con el presidente de la República, Yamandú Orsi, para plantear
una serie de propuestas clave como la elaboración de una Estrategia Nacional
para el Desarrollo, la implementación de un impuesto del 1% a los sectores más
ricos para eliminar la pobreza infantil, la reducción de la jornada laboral a
40 horas sin pérdida salarial, la necesidad de incidir en el próximo
Presupuesto Nacional y en las pautas de los Consejos de Salarios. El central
sindical enfatiza que el diálogo social debe ser real y que los trabajadores
tienen propuestas concretas para transformar el país con justicia social.
El 1% del
impuesto a los ricos representa un 1% del Producto Bruto Interno según docentes
de la Udelar y del Instituto de economía; Mauricio De Rosa plantea incluso que
si se quiere moderar la propuesta y solo se aplica medio punto de impuesto, esa
cifra ronda los 400 millones de dólares.
Según los
estudios de De Rosa, “las estimaciones que tenemos más confiables dicen que el
1 % más rico tiene el 40 % de patrimonio. Las estimaciones más conservadoras,
que estamos seguros de que están mal, hablan de que el 1 % tiene el 25 % del
patrimonio, que igual es una cantidad disparatada. Entonces, evidentemente hay
una cantidad de patrimonio ahí muy grande en ese grupo de población tan
chiquito; o sea la base imponible, el botín, para ponerlo en términos como muy
tontos y muy sencillos, es realmente muy grande”.
Las ganancias que
obtienen los ricos en Uruguay se conjugan además con la plata que sacan del
país; El diputado del Frente Amplio Bruno Giometti realizó un pedido de
informes referente a gastos tributarios para el período transcurrido entre los
años 2019 y 2024 y según los datos del Ministerio de Economía y Finanzas, el
monto total de los depósitos e inversiones financieras en el exterior de
agentes residentes de la economía uruguaya al 2023 fue de 61.862.093.952 de
dólares.
En setiembre se tendrán
los datos de lo ocurrido durante el 2024 y primer semestre del 2025.
En 2023, las
zonas francas en Uruguay tuvieron un impacto económico significativo,
representando más del 6% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, equivalente
a unos US$ 3.792 millones, según datos de Uruguay XXI. Además, las
exportaciones desde zonas francas alcanzaron los US$ 4.268 millones,
representando el 32% del total de las exportaciones uruguayas.
Tómese en cuenta
que no han salido los radicales a plantear impuestos a la Herencia y al Patrimonio,
flagelos de la desigualdad entre otros, en una población que no supera los tres
millones y medios de habitantes y produce comida para 30 millones de personas.
Para eliminar la
pobreza infantil en Uruguay, se estima que se necesitarían US$ 355 millones, lo
que representa un 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB), o sea la plata está.
Lejanos tintineos de monedas
Cuando en 1985
los presos políticos recuperaron su libertad y volvieron los exiliados, se
encontraron con un país en condiciones de mayor desigualdad que aquél Uruguay
que los había llevado a sublevarse.
La dictadura cívico
militar había profundizado la pobreza; desde el seno de algunas organizaciones políticas
de izquierda se propuso un Plan de Emergencia y una propuesta de Reforma
Constitucional.
Entre las medidas
del Plan de Emergencia se proponía un impuesto a la Renta General y un impuesto
extra a las ganancias diferenciales; se proponía a su vez un ingenuo “Bono patriótico” para que los sectores de más altos ingresos
donaran parte de sus excedentes.
Hubo que esperar
al 2007 para que el primer gobierno de izquierda creara el IRPF, pero que en el
escenario general, los sectores más sumergidos mejoraron su condición, mientras
los ricos seguían concentrando riqueza.
En 2005, el
índice de Gini en Uruguay se situaba en 0.46, según datos de la Oficina de
Planeamiento y Presupuesto (OPP). En el 2020 fue de 0,387. Este valor indica un
nivel de desigualdad en la distribución del ingreso que, aunque es uno de los
más bajos de América Latina, sigue siendo alto en comparación con otros países,
según el Banco Mundial y que aumento 1,1 a partir de la pandemia.
En los últimos
años se ha instalado la idea de que los gobiernos del Frente Amplio “retoman”
el perfil de gestión del primer Batllismo, el de José Batlle y Ordoñez a
principios del siglo 20.
Sin embargo, hay
una serie de medidas tomadas por el Pepe Batlle que hablan de una “radicalidad”
mayor que las tomadas durante los 15 años de gobiernos frenteamplistas; tampoco
se trata de ser obtuso y no reconocer los cambios de época, pero cuando se reivindica
“retomar” los Planes Keynes y Marshall, es bueno consultar al topo de la historia.
Desigualdad
El antropólogo Daniel
Vidart sugería a sus estudiantes un análisis antropológico de la desigualdad en
Montevideo bien sencillo; los invitaba a tomarse el ómnibus 306 en el Casabó y
bajarse en su destino en Carrasco.
Cuando Vidart proponía ese ejercicio aún no habían
proliferado los barrios privados donde un pequeño grupo de familias (unas 23
mil) ocupa más superficie territorial que miles de familias (por encima de 200 mil) en un asentamiento, en
una superficie menor.
Dentro de la
lista de las 500 personas más influyentes de América Latina en 2024, elaborada
por Bloomberg Línea, se posicionaron Nicolás Jodal, CEO y fundador de Genexus;
Verónica Raffo, socia de CPA Ferrere; Carlos Lecueder, propietario y director
de Estudio Lecueder; Giuliana Corbo, CEO de Nearsure; y Marcelo Secco, CEO de
Marfrig Uruguay.
Por otra parte,
los fundadores del “unicornio” uruguayo dLocal, Sergio Fogel y Andrés
Bzurovski, entraron en el ranking de Forbes de las personas que tienen fortunas
de más de US$1.000 millones. Ambos se encuentran en la posición 2.545 de 2.781
y su fortuna asciende a US$ 1.1 billones.
Reducir la
desigualdad no es el plan de una economía socialista así que tranquilos con
agitar ese fantasma; una cirugía plástica al menos puede llevar por un tiempo a
un Estado de Bienestar que es lo menos que uno puede esperar del progresismo,
pero en éstos tiempos que corren hasta un insignificante 1 se convierte en un
espectro terrorífico.
Destinos
El crimen
organizado, más específicamente el narcotráfico está esperando por los niños y
niñas que se crían en la pobreza infantil; a pesar de las apuestas
meritocraticas, 150 mil niños y adolescentes al 2023, es una inmediata “cantera
de reclutamiento”.
Se puede
romantizar la pobreza por un lado y por otro evitar caer en el fascista
razonamiento de que ser pobre es sinónimo de terminar en la delincuencia; se
pueden disparar distractores de la opinión pública y apostar a planes sociales
de contención.
Lo que cada vez
parece menos probable, es seguir negando la posibilidad de acceder a los
recursos que en una situación de emergencia, están al alcance de la mano.
En definitiva
definir de qué lado de la Malla Oro se está.