miércoles, 30 de noviembre de 2011

LA PECERA CULTURAL.

Estábamos pensando que nota realizar para la última edición del Participando del 2011, y en especial, Con el ciclo iniciado ya hace 4 números sobre el rol del Diario El País, como instrumento de comunicación y de formación de opinión pública al servicio de los intereses de los sectores privilegiados de la sociedad, cuando justamente, un editorial de dicha publicación del 21 de noviembre, titulado, “Democratizar la Cultura”, nos aporto una vez más los elementos necesarios.
Dicha nota comienza citando una columna de la Edición del País de setiembre de 1918 donde explicando los objetivos del diario decía: “que es múltiple la función de la prensa: junto al reflejo, con la información abundante y variada, de todos los sucesos; al lado del comentario que formula la crítica o tributa el aplauso y señala a las multitudes el rumbo, el diario dar cabida a un material desinteresado: las artes y letras que ennoblezcan la vida, todo ello con el propósito de democratizar la cultura, difundirla y formarla”.
Renglones más abajo se jacta de cumplir con dicha consigna desde hace 93 años en forma ininterrumpida.
Un específico público cultural.
Como Órgano Oficial de un sector del Partido Nacional, cumpliendo desde las editoriales con el rol de comentario que formula la crítica o tributa el aplauso y señala a las multitudes el rumbo, desarrolla una clara política informativa, ajustada en el tiempo a las circunstancias políticas reinantes. La profesión de periodista, y por lo tanto del mismo como trabajador que vende su capacidad intelectual al Medio, es reciente en el tiempo; aquellos otros periodistas se formaban en las redacciones de los diarios y la obsecuencia era más evidente que la actual. Es decir que la noticia tenía un público específico, el ciudadano nacionalista que buscaba antaño una fuente alternativa a la del Día, órgano del Partido Colorado. Por competencia de mercado, de oferta de productos, que de última también jugaba una batalla electoral (señala a las multitudes el rumbo), empieza a generar una variada edición de suplementos, dirigida a la familia, a la mujer y el mundo de la moda, a la infancia, al agro, al mundo intelectual, a las hinchadas.
No se ciñe solo al material de entretenimiento, la revista infantil que divierte al nene mientras los adultos desplegaban aquellas sabanas de papel, sino que lo hace desde la óptica de aportar material escolar, cuando no, aporta vistosas enciclopedias coleccionables, que irán ocupando en las estanterías familiares, una concepción del mundo, aparentemente universal y convalidada.
El mundo científico tampoco escapara, a la información precisa.
Lentamente, el nacionalista, pero también un espectro más amplio del electorado político, espera ahora con ansias, el suplemento dominical con la Guía de los Clasificados.
¡Estos muchachos del País, son macanudazos!
En un tris te traen ofertas de trabajo, compra y venta de diversos bienes, alquileres de casas y terrenos, sesiones especiales para el goce del cuerpo, te educa al nene, te pone al día de la moda a la patrona, te deja al día con información deportiva, políticas varias, y por supuesto (todo no se puede pedir) te vomita un editorial.
Acuario
Tras cartón, por unos pesitos mas, te quedas con el DVD de Agárrate Catalina. ¿La Catalina?…si la Catalina, que aunque dicen es murga oficialista, vende como loca, y en olfato empresarial al País...es difícil ganarle.
Cuando se refiere a su democratización ininterrumpida de la cultura, bastaría mencionar su explicita acción a favor de la censura, difundiendo como genuina expresión folclórica a Los Nocheros y otros grupos nativistas, desterrando al olvido a los Olimareños, Aníbal Sampayo, Anselmo Grau y una larga lista.
El pez es el lector y las ediciones culturales, la pecera; el agua templada, los adornos entre las rocas, la cuota justa de renovación de las aguas, el alimento preciso, la limpieza exacta, condiciones imprescindibles para que el pez crezca sano, gane colorido, se desplace saludable, y cumpla estéticamente con los requerimientos de nuestra contemplación. La función de contemplar, el poder de alimentar, la libérrima capacidad de renovar o no las aguas, el alerta para que el pez no salte de la pecera, es la función del País.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las movilizaciones chavistas no serán transmitidas

  El rol de los grandes medios de comunicación y ahora de las redes sigue siendo el mismo que cuando la derecha dio el golpe de estado contr...