domingo, 27 de julio de 2025

Conversando con Abel Prieto: La colonización del pensamiento like a like

 


La obra y conferencia de Abel Prieto (Pinar del Río, Cuba, 11 de noviembre de 1950)​ profesor, cuentista, escritor y político cubano. Ministro de Cultura de Cuba en dos ocasiones y actual Presidente de la Casa de las Américas, desde 2019), las venimos siguiendo con atención desde su exposición en enero en Caracas.

En julio de éste año con motivo del Foro Internacionales organizado por el Instituto Simón Bolívar y la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la humanidad, volvimos a conversar con él para tener de primera mano su visión sobre la dimensión cultural occidental de hoy y los alcances de la guerra cognitiva.

Me interesa tu visión sobre las actuales guerras mediáticas y de comunicación, esta guerra de carácter cultural, por decirlo de alguna manera, con los nuevos instrumentos que la tecnología permite generando además cambios de conducta o de comportamiento.

Yo creo que ese es uno de los grandes temas, Ricardo. Y es un campo donde la derecha y te diría que la ultraderecha está tomando ventaja sin ninguna duda.

A mí Ramonet me decía que tenemos un hándicap para la batalla en las redes, que es la ética, la izquierda tiene el hándicap de la ética para vencer en esa batalla, porque en las redes la derecha, la ultraderecha, los trolls, los robots, están mintiendo todo el tiempo.
La mentira se ha convertido en un arma implacable, repetida una y mil veces siguiendo los consejos de Goebbels: “repite una mentira y vas a convertirla en verdad” y las redes te manipulan Ricardo la información y te manipulan las emociones.

Hay un componente emocional en la en la influencia de la red que es realmente yo te diría decisivo.

Las redes no te invitan al análisis, no te invitan a evaluar una situación,  a escuchar argumentos. Tú no escuchas argumentos, tú reaccionas o de una manera de aceptación exaltada o de rechazo visceral. Ahí no hay términos medios ni hay una evaluación ni hay un sopesar.
Mira este otro tema: no se no se leen los desmentidos. En este mundo de hoy, una mentira circula y es replicada cientos y miles de veces. Incluso la fuente original dice que hay un error que no fue exactamente así, pero ya ese desmentido nadie lo lee, no tiene el menor impacto. La gente prefiere quedarse con ese titular mentiroso tóxico, emponzoñado, venenoso realmente.



¿Cómo se aborda esa batalla entonces?

Yo creo que la batalla en las redes hay que dar una visión crítica , un pensamiento crítico, no pensamiento que evalúe todos esos mensajes que te lleguen las 24 horas por el móvil que le llegan a la gente joven, a los adolescentes.

Es el drama de adolescentes debutando en la política con posiciones misóginas, racista, antiinmigrante, antifeminista,  contra los homosexuales, las lesbianas, es decir, esa rabia se convierte como un signo de rebeldía.
Es el caso Milei Ricardo que lo votaron muchos jóvenes, lo apoyaron muchos jóvenes.
Dicen los compañeros que han hecho un análisis de ese triunfo abrumador de este demagogo fascista, que jóvenes varones menores de 35 años fueron la gran masa de votantes que lo llevaron al poder a Milei

En esa guerra de contenidos donde de alguna manera hay un relato contra hegemónico, ¿con solo eso alcanza o también la izquierda debería plantearse la posibilidad de desarrollar sus propios medios tecnológicos, porque de alguna manera se da esa batalla en las redes, pero de alguna manera, por aquella vieja máxima marxista, los medios y los productores de producción siguen siendo los mismos , los mismos dueños con una suerte de libertad de decir: bueno, sigan discutiendo hasta que les bajamos la llave?

El tema es que es un terreno minado, es un espacio que no nos pertenece, que pertenece a grandes corporaciones, que se benefician con el tráfico, y  que por ejemplo te regulan la cantidad de seguidores si tú empiezas a ser peligroso; eso es un drama: como fundar nuevos espacios, cómo.
Ahí habría que meter en esto a los científicos, a la gente del mundo de la informática. Habría que evaluar todo lo que se pueda hacer, tener soberanía tecnológica. Eso ha sido uno de los de los reclamos durante años de la izquierda, ¿cómo lograr soberanía tecnológica? ¿Cómo lograr no darle tus datos personales a corporaciones que después las venden para campañas electorales o para campañas publicitarias?

Hoy vivo en un mundo vigilado, los algoritmos por ejemplo, interésate en internet por comprar una lavadora nueva y te van a estar llegando anuncios de lavadora durante meses
a tu computadora o a tu móvil porque te identificaron como un posible consumidor, pero lo mismo pasa en todos los campos, en los campos de la política.

Ellos tienen modulado el auditorio. Los usuarios de las redes están divididos en vamos a decir en como una especie de arquetipo, un arquetipo formado a partir de todos esos datos y por ejemplo, si tú tienes una familia, te preocupa que entre un ladrón en tu casa, entonces a ti te mandan mensajes a la carta, digamos, sobre el fascista que te va a proteger, que va a garantizar la seguridad ciudadana, que va a impedir que venga un emigrante y se te meta por la ventana y viole a tu mujer y te saque los sesos o te corte el cuello, es decir, es una
maquinaria de fabricar miedo y de fabricar odio.

 Utiliza mucho el miedo, que es otro cuando tú te lees los 11 principios de la propaganda de Goebbels, que hay que leérselo ahora, releerlo a la luz de este debate sobre las redes sociales, parecen escritos para las redes sociales, simplifica el mensaje. “No te pongas a edulcorar las cosas ni a someter a tu auditorio a ningún tipo de razonamiento complicado, simplifica las cosas, identifica al enemigo y habla de él todo el tiempo”, el enemigo, el enemigo, sean los migrantes, sean los rusos, sean los comunistas; te va nutriendo ese odio, esa agresividad permanente contra ese enemigo que identifica y te trabajan, te manipulan y te conducen.

 Esa es la gran angustia de Martí. Ser culto es el único modo de ser libre.

Fidel decía: “sin cultura no hay libertad posible” y Fidel, en un discurso en la Universidad Ricardo del año 2005 habla de que desde fuera no podían destruir la revolución, pero que los propios revolucionarios cubanos podían desde dentro destruirla.

En ese discurso hay un pasaje sobre los reflejos condicionados, Fidel dice que la maquinaria esta de manipulación sumada a la propaganda comercial crea reflejos condicionados y el imperialismo dice: “Cuba es mala, el socialismo es malo y allá repiten los pobres de la tierra, los que no tienen educación, los que no tienen salud, los que no tienen ninguna esperanza: Cuba es mala, el socialismo es malo, por reflejo condicionado y eso está funcionando enormemente en las redes.

 Hoy la palabra comunista se ha convertido en un insulto y para nosotros es motivo de orgullo y se ha convertido en un insulto, en sinónimo de represor, en sinónimo de perseguidor de las libertades, de corruptos.



Una cosa es que van creando esos reflejos condicionados y que decía Fidel: la desinformación te limita el conocimiento, los reflejos condicionados te quitan la capacidad de pensar, decía Fidel, te arrancan la capacidad de pensar y él añadía el peor error de un revolucionario es no pensar, y en este momento ese tipo de alerta de Fidel se multiplica con todos estos mensajes, con toda esta locura en la que vivimos, donde hay muchos retrocesos intelectuales en las generaciones más jóvenes.

 Yo tuve un Congreso de pedagogía en La Habana donde se hizo un panel sobre estos temas. Y las pruebas estas que se hacen de concentración de capacidad para concentrarse, por ejemplo, el tiempo en que un adolescente se concentra en una imagen, en un texto, en un tema es cada vez menor, tiene que pasar a otra cosa, se aburre.
Es gran la gran tragedia de los adolescentes de hoy: “me aburro”.

En lo que le llaman el scrolling, tienen que pasar a otra imagen a otro tema y todo eso les va fragmentando la realidad. Les impiden profundizar en los asuntos. Hace muchos años un escritor italiano muy importante que se llama Alessandro Baricco decía: “La gente no profundiza, van surfeando, sobre el mar de noticias, el mar de información y nunca profundiza” y ese drama hoy se ha multiplicado de manera exponencial y vivimos un mundo cada vez más atontado aletargado con gentes que no profundiza, con gente que no razona y yo creo que este este ha sido uno de los grandes temas para pensar la guerra, la cultural, simbólica, cognitiva.
Se la hacen a Venezuela, se la hacen a Cuba todos los días y a todos los países que pretenden ser soberanos.

Esa guerra genera además una colonización cultural.

La colonización cultural, que se ha multiplicado con las tecnologías. La idea de que somos inferiores, de que tenemos que mirar hacia el norte obsesivamente, que allí están los superhéroes. Los famosos superhéroes están ahí. Y que tenemos que seguir el relato del norte, el discurso del norte y sentirnos verdaderamente ciudadanos de segunda clase.
Gente inferior, sencillamente.

¿Cuáles deberían ser los métodos para el rescate y la identidad cultural de nuestros pueblos Además, en este marco general de una cultura de frivolidad como venías detallando?

Yo creo Ricardo primero no se puede confundir esta batalla en defensa de nuestra identidad con ningún chovinismo.
Martí dijo: “patria es humanidad” y el primer libro que publicó la revolución cubana fue El Quijote, la más grande novela de todos los tiempos. Es decir, en el año 60 se inauguró la imprenta nacional con una edición popular del Quijote. Es una señal deslumbrante de lo que es apropiarse del patrimonio cultural universal y convertirlo en algo al alcance de todos.
Te das cuenta se puso a la mente un precio irrisorio en 5 tomitos, con las ilustraciones de Gustavo Doré.

Yo diría que uno de los grandes temas es tratar por todos los medios de difundir el patrimonio de nuestras naciones de nuestros pueblos, tanto la llamada alta cultura como la cultura popular, tratar de promover por todos los medios lo mejor del patrimonio universal, tratar de articular los núcleos de resistencia cultural, de modo que los mensajes que lanza Telesur o que lance Prensa latina, que pueda lanzar tú desde Uruguay sean replicados.

 Yo creo que el tema de articular nos es clave, sea para combatir el fascismo como para combatir la colonización, como para defender la identidad de nuestros pueblos y de la gran patria latinoamericana, porque esa es otra de las cosas que sufre con esta colonización, yo creo que el gran tema es ese : articular.


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